Una Pregunta, Sin Respuesta Única
La cuestión de quién escribió el I Ching, o Libro de los Cambios, es uno de los grandes enigmas de la literatura mundial. Ninguna persona en particular creó este texto tan importante.
El I Ching no es un libro escrito por un solo autor en un momento específico. Fue creciendo y transformándose durante casi mil años, pasando por muchas manos.
Una Colaboración a lo Largo de un Milenio
Para entender su origen, podemos recurrir a un dicho tradicional chino: "人更三圣,世历三古." Esto significa, "Los hombres fueron tres sabios, las épocas tres antiguos."
Esta idea nos ofrece una forma de pensar sobre la creación del libro. Tres figuras legendarias de tres épocas distintas contribuyeron a moldear el I Ching: el mítico Fu Xi, el rey Wen y el duque de Zhou, y el filósofo Confucio.
Veamos qué aportó cada uno para crear este famoso libro.
El Alba Mítica
El I Ching comienza no con palabras, sino con símbolos de la antigua China. Sus elementos básicos provienen de una figura legendaria de tiempos remotos.
El Primer Sabio Legendario
Las historias cuentan que Fu Xi fue el primero de los tres sabios. Era un héroe mítico que se cree vivió hace casi 5.000 años.
La leyenda narra cómo Fu Xi observaba el mundo con gran atención. Estudiaba patrones en el cielo y en la tierra. Notó marcas en animales y caparazones de tortuga.
Una historia famosa dice que vio salir del río Amarillo un "caballo dragón" con un patrón especial en su lomo que le inspiró una idea.
El Nacimiento del Bagua
A partir de estos patrones naturales, Fu Xi creó ocho símbolos llamados trigramas, o Bāguà (八卦).
Estos símbolos simples pero poderosos tienen cada uno tres líneas. Las líneas son sólidas (Yang) o partidas en el centro (Yin).
Los ocho trigramas y lo que representan son:
- ☰ Cielo (乾 Qián)
- ☷ Tierra (坤 Kūn)
- ☳ Trueno (震 Zhèn)
- ☴ Viento (巽 Xùn)
- ☵ Agua (坎 Kǎn)
- ☲ Fuego (離 Lí)
- ☶ Montaña (艮 Gèn)
- ☱ Lago (兌 Duì)
En esta etapa inicial, el Bāguà era solo un sistema de símbolos. Estos símbolos mostraban las fuerzas básicas del universo. El I Ching crecería más tarde a partir de esta base.
El Núcleo del Clásico
Muchos años después de Fu Xi, los símbolos del Bāguà pasaron a formar parte de un clásico escrito. Este cambio importante provino de dos figuras históricas al inicio de una nueva dinastía.
Una Época de Cambios
Ahora pasamos del mito a la historia real: la transición de la dinastía Shang a la dinastía Zhou alrededor del siglo XI a.C.
La dinastía Zhou Occidental duró aproximadamente desde el 1046 hasta el 771 a.C. y fue muy relevante en la historia china.
Esta historia gira en torno a Ji Chang, conocido después como el rey Wen de Zhou. Lideró al pueblo Zhou mientras estaban bajo el dominio Shang. El último emperador Shang fue un gobernante cruel que temía el poder del rey Wen y lo encarceló.
De 8 a 64 Hexagramas
Se cuenta que durante su encarcelamiento, el rey Wen reflexionó profundamente sobre los ocho trigramas de Fu Xi.
Logró un avance al superponer los trigramas unos sobre otros. Combinando los ocho trigramas de todas las formas posibles (8 x 8), creó 64 hexagramas que forman la estructura del I Ching.
El rey Wen no solo creó estos símbolos. Para cada uno de los 64 hexagramas escribió un texto breve, a menudo poético. Estos textos se llaman Juicios o Texto del Hexagrama (卦辞, Guàcí).
Cada Juicio captura el significado de su hexagrama y ofrece una visión sobre su naturaleza.
Las Líneas del Duque de Zhou
La siguiente parte del texto provino del hijo del rey Wen, Ji Dan, conocido como el duque de Zhou.
El duque de Zhou fue un líder respetado que ayudó a consolidar la dinastía Zhou tras la muerte de su padre. Se le recuerda como un hombre muy sabio y justo.
Su aporte al I Ching añadió más detalles. Escribió lo que se llaman las Declaraciones de las Líneas (爻辞, Yáocí).
Cada hexagrama tiene seis líneas. El duque escribió un texto específico para las 384 líneas (64 x 6), ofreciendo consejos sobre diferentes situaciones. Estos textos suelen indicar si las acciones traerán buena o mala fortuna.
La Estructura Antigua del Zhouyi
Juntos, el rey Wen y el duque de Zhou crearon el núcleo original del libro. Este texto antiguo se llama Zhouyi (Los Cambios de Zhou).
Era una herramienta para la adivinación, una colección de textos vinculados a símbolos abstractos. Así se organizan estas partes:
Componente del Zhouyi (El Clásico) | Autor Atribuido | Descripción |
---|---|---|
64 Hexagramas (Estructura) | Rey Wen | Creado combinando los 8 trigramas. |
Juicios (卦辞, Guàcí) | Rey Wen | Texto breve para cada uno de los 64 hexagramas. |
Declaraciones de las Líneas (爻辞, Yáocí) | Duque de Zhou | Texto específico para cada una de las 384 líneas. |
Este texto central era poderoso pero también antiguo y difícil de entender por sí solo. Necesitaba un último sabio que desvelara su significado más profundo.
El Corazón Filosófico
Durante varios siglos, el Zhouyi se usó principalmente como oráculo por reyes y adivinos. Su transformación en el I Ching filosófico se atribuye al maestro más famoso de China y a sus discípulos.
El Comentario del Sabio
La última gran aportación es una colección de escritos llamada las Diez Alas (十翼, Shí Yì). Son siete comentarios diferentes añadidos al texto central del Zhouyi.
La mayoría cree que Confucio (孔子, Kǒngzǐ), que vivió entre 551 y 479 a.C., fue el autor de las Diez Alas.
Las Diez Alas cambiaron todo. Tomaron los antiguos y crípticos textos del Zhouyi y los explicaron, revelando una profunda sabiduría ética, metafísica y cosmológica.
Para quien estudia el I Ching, las Diez Alas son esenciales. Funcionan como un manual de uso y guía filosófica, explicando los símbolos y mostrando los principios profundos que operan. Transformaron el libro de una herramienta de adivinación en una guía para comprender la vida y vivir con sabiduría.
Un Vistazo a las Diez Alas
No es necesario memorizar todas las Diez Alas, pero entender su propósito ayuda a apreciar la profundidad del I Ching. Se cuentan como diez obras porque algunas están divididas en dos partes.
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Tuan Zhuan (彖傳, Comentario sobre los Juicios), Partes I y II: Explican los Juicios del rey Wen para cada hexagrama.
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Xiang Zhuan (象傳, Comentario sobre las Imágenes), Partes I y II: Explican el simbolismo de los hexagramas. La "Gran Imagen" trata el hexagrama completo, mientras que la "Pequeña Imagen" explica las Declaraciones de las Líneas individuales.
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Wenyan Zhuan (文言傳, Comentario sobre las Palabras): Un análisis filosófico profundo de los dos primeros hexagramas, Qian (Cielo) y Kun (Tierra).
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Xici Zhuan (繫辭傳, El Gran Tratado), Partes I y II: El texto filosófico más importante del I Ching. Trata la metafísica, cosmología y su relación con los asuntos humanos.
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Shuogua Zhuan (說卦傳, Explicación de los Trigramas): Explica los atributos y simbolismo de los ocho trigramas originales.
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Xugua Zhuan (序卦傳, El Orden de los Hexagramas): Explica por qué los 64 hexagramas están en ese orden específico.
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Zagua Zhuan (雜卦傳, Hexagramas Misceláneos): Esta breve sección trata sobre hexagramas en pares contrastantes.
Con las Diez Alas añadidas, el I Ching quedó completo. La obra de los Tres Sabios terminó, y el libro se convirtió en una piedra angular del pensamiento chino.
Leyenda vs. Realidad
La historia tradicional de los "Tres Sabios" es un relato poderoso. Sin embargo, la investigación moderna muestra un panorama más complejo sobre cómo se formó el I Ching.
Cuestionando a los Sabios
Hoy en día, la mayoría de los expertos consideran la historia tradicional como simbólica más que literal. La historia honra las etapas del desarrollo del texto en lugar de señalar autores individuales concretos.
La afirmación de que Confucio escribió las Diez Alas es la más cuestionada. Aunque Confucio conocía y respetaba el Zhouyi, los estudiosos creen ahora que las Diez Alas no fueron escritas solo por él.
Probablemente fueron redactadas a lo largo de varios siglos durante los últimos años del período de los Estados Combatientes y los primeros de la dinastía Han (aproximadamente 475-206 a.C.). Representan el trabajo de muchas generaciones de estudiosos confucianos que estudiaron e interpretaron el antiguo clásico.
Pruebas Arqueológicas
Esta visión académica está respaldada por evidencias sólidas. Descubrimientos arqueológicos sorprendentes a finales del siglo XX nos han permitido observar directamente el desarrollo temprano del I Ching.
Los hallazgos más famosos son los Textos de Seda de Mawangdui, encontrados en una tumba sellada en el 168 a.C. Incluían una versión casi completa del I Ching. Los hexagramas en esta versión están en un orden completamente distinto al que conocemos hoy, y sus comentarios difieren de las Diez Alas. Esto sugiere que el texto aún estaba en proceso de cambio y no se había estandarizado.
Textos aún más antiguos, como las tablillas de bambú del Museo de Shanghái datadas alrededor del 300 a.C., contienen una versión del Zhouyi. Estos hallazgos confirman la existencia antigua del libro, pero también muestran que fue cambiando con el tiempo. El I Ching fue un documento vivo, no uno fijo.
Un Río de Sabiduría
Al final, tenemos un texto cuyas raíces son tan profundas y complejas como su contenido.
El Legado Compuesto
La pregunta "¿quién escribió el I Ching?" se responde mejor no con un nombre, sino con la comprensión de un proceso. El libro fue escrito por muchas personas anónimas a lo largo de muchas generaciones.
El I Ching no es una tabla de piedra tallada por un solo individuo. Es más bien un gran río de sabiduría, alimentado por múltiples afluentes durante mil años. Transporta las visiones míticas de la prehistoria, la sabiduría oracular de una antigua dinastía y el pensamiento filosófico profundo de generaciones de estudiosos.
Las atribuciones legendarias a Fu Xi, el rey Wen, el duque de Zhou y Confucio siguen siendo importantes. Se entienden mejor como una forma de honrar las etapas fundacionales, históricas y filosóficas de la magnífica y misteriosa creación del I Ching.
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