Cuando Dos se Convierte en Tres
La mayoría conoce el Taijitu, el símbolo blanco y negro del Yin-Yang. Representa un mundo de dualidad equilibrada.
Pero, ¿qué ocurre si añadimos un tercer elemento? ¿Existe algo así como un yin yang tres
?
Sí, sin duda existe. Esta idea no es nueva, sino que proviene del profundo pensamiento taoísta. Sugiere que la verdadera creación no surge de dos partes estáticas, sino de tres partes en movimiento conjunto.
Recorreremos el camino desde el símbolo de dos partes hasta el Gankyil de tres partes, explorando la idea taoísta de que "Los Dos dieron origen a los Tres". Este viaje mostrará cómo tres elementos generan un equilibrio superior y nos ayudan a comprender el mundo y a nosotros mismos con mayor profundidad.
La Base del Equilibrio
Primero debemos entender las dos partes iniciales antes de explorar la tercera. Yin y Yang forman la base de todo este pensamiento.
Yin es el lado receptivo, tranquilo y nutritivo del mundo. Incluye la oscuridad, la luna, el agua y la energía femenina.
Yang es la fuerza activa, creadora y poderosa. Representa la luz, el sol, el fuego y la energía masculina.
Su relación sigue algunas reglas fundamentales:
- Interdependencia: Uno necesita al otro. No podemos entender la luz sin la oscuridad, ni la acción sin el descanso.
- Transformación Mutua: Estas fuerzas fluyen y se transforman constantemente entre sí. El día se convierte en noche y el verano en invierno.
- Contener la Semilla: Los pequeños puntos en cada mitad del Taijitu son muy importantes. Indican que nada es absoluto. Dentro del máximo Yang está la semilla de Yin, y viceversa.
Esta hermosa danza de dos fuerzas crea el ritmo básico del universo.
El Nacimiento del Tercero
La idea del yin yang tres
proviene directamente de uno de los libros más importantes del pensamiento oriental, el Tao Te Ching.
En el capítulo 42, Lao Tse escribe:
"El Tao dio origen al Uno.
El Uno dio origen a los Dos.
Los Dos dieron origen a los Tres.
Los Tres dieron origen a todas las cosas."
No son solo palabras bonitas. Es un mapa de cómo funciona el cosmos. Desglosemos paso a paso.
El Tao es la fuente última de todo, el gran vacío del que surge todo.
De esta fuente surge el Uno, la primera unidad o fuerza vital. Podemos pensar en ello como Qi, el aliento vital del universo.
El Uno se divide en Dos: la pareja básica de Yin y Yang. Esta es la dualidad que vemos en el símbolo clásico.
Llega el paso clave. Los Dos dan origen a los Tres. No es otro estado estático, sino el resultado de Yin y Yang trabajando juntos. El "Tres" es el movimiento, la energía, el vínculo y la tensión viva que surge del juego entre ambos lados.
Es este tercer elemento —el "hijo" nacido de los dos— el que permite la creación de las "diez mil cosas", nuestro mundo entero. Sin esta fuerza creativa, Yin y Yang quedarían atrapados en una pareja sin vida.
Visualizando la Trinidad
Mientras que el Taijitu muestra perfectamente los Dos, otros símbolos poderosos capturan el significado de los Tres. Si alguna vez has buscado un "yin yang de tres remolinos", probablemente hayas visto el Gankyil.
El Gankyil, o "Rueda de la Alegría", es un símbolo con profundas raíces en el budismo tibetano y la tradición Bön. Sus tres brazos en espiral muestran vívidamente la energía primordial en movimiento. No habla de un equilibrio estático, sino de una creación alegre y sin fin.
Debemos señalar que el Gankyil es distinto de otros símbolos de tres partes que parecen similares pero tienen significados culturales diferentes.
El Tomoe japonés también tiene tres remolinos y aparece en tambores Taiko y santuarios sintoístas. Aunque también representa una trinidad, suele simbolizar la interacción entre Cielo, Tierra y Humanidad, un concepto parecido pero distinto.
Incluso el antiguo Trisquel celta tiene tres brazos, mostrando que muchas culturas valoran el "poder del tres", aunque sus orígenes y significados específicos son totalmente independientes de la filosofía oriental.
Para aclarar estos símbolos poderosos, considera esta comparación:
Símbolo | Origen | Significado Principal | Relación con Yin-Yang |
---|---|---|---|
Taijitu (Yin-Yang) | China Taoísta | Dualidad, Equilibrio, Oposición, Interdependencia | Los "Dos" fundamentales |
Gankyil | Budismo tibetano/Bön | Trinidad, Alegría, Energía primordial, Base/Camino/Fruto | Representación dinámica del "Tres" que surge de la dualidad |
Tomoe | Japón sintoísta/budista | Trinidad (Cielo, Tierra, Hombre), El ciclo de la vida | Concepto paralelo de trinidad, visualmente similar al Gankyil |
Comprender estas diferencias nos ayuda a apreciar la sabiduría específica que ofrece cada símbolo, siendo el Gankyil la representación visual más directa del concepto taoísta de "Los Dos dieron origen a los Tres".
Los Tres Tesoros
Entonces, ¿qué es exactamente este misterioso tercer elemento? La belleza de esta filosofía es que el "Tres" no es un concepto único ni fijo. Es un marco que puede entenderse de varias maneras poderosas.
El tercer elemento representa la mezcla, la relación y la nueva cualidad que surge de dos polos. Aquí algunas de las formas más importantes de comprender esta trinidad.
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1. Cielo, Tierra y Humanidad: Esta es la gran trinidad cósmica. El Cielo (Yang) aporta la influencia creativa y celestial. La Tierra (Yin) es la base material receptiva. La Humanidad se sitúa en medio, equilibrando las energías y participando en el acto continuo de creación.
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2. Yin, Yang y Qi: En este modelo, el "Tres" es Qi, la fuerza vital misma. Qi no es algo separado, sino la energía y el flujo que surge de la interacción dinámica entre Yin y Yang. Es la acción entre los dos polos, el río de energía que da vida.
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3. Los Tres Tesoros (Jing, Qi, Shen): En los complejos sistemas de la Medicina Tradicional China y la alquimia interna, esta trinidad es fundamental. Jing es nuestra esencia básica, nuestro plano fundamental. Qi es la energía diaria que obtenemos de la respiración y la alimentación. Shen es nuestro espíritu, conciencia y pensamiento. Cuidar y equilibrar estos tres tesoros es el camino hacia la salud y la sabiduría.
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4. Padre, Madre e Hijo: Esta es quizás la metáfora más sencilla de entender. Dos fuerzas distintas pero complementarias, Padre (Yang) y Madre (Yin), se unen. Su unión crea un tercer ser, el Hijo, que tiene aspectos de ambos padres pero es también un ser nuevo y único. Esto muestra cómo el "Tres" es a la vez producto y distinto de los "Dos".
Aplicando el Poder
Esta filosofía es mucho más que una idea abstracta; es una herramienta práctica para manejar las complejidades de la vida. Al ir más allá del pensamiento binario, podemos encontrar soluciones más creativas y completas.
En nuestro trabajo, al enfrentar una negociación, a menudo vemos solo dos posiciones: "Mi postura" (Yang) y "Su postura" (Yin). El principio del yin yang tres
nos anima a buscar el tercer elemento: el interés común, el compromiso creativo, el beneficio mutuo que solo surge de la interacción de ambos. Es en ese espacio donde se encuentra la verdadera resolución.
Pensemos en el crecimiento personal. A menudo oscilamos entre la Acción intensa (Yang) y el Descanso necesario (Yin). El tercer elemento crucial es la Reflexión. Durante la reflexión, procesamos las lecciones de la acción y fortalecemos la recuperación del descanso. Sin este tercer paso, simplemente damos vueltas sin avanzar realmente. En mi práctica de mindfulness, he comprobado que este trío de Descanso, Acción y Reflexión es la clave para un desarrollo duradero.
Este marco cambia nuestra comprensión de las relaciones. Una pareja no es solo "Tú" y "Yo". El "Tres" es la relación misma: el espacio compartido, la comunicación, la energía única que se crea juntos. Una relación saludable necesita nutrir esta tercera entidad tanto como el cuidado individual. Es el "Nosotros" lo que da mayor contexto y propósito al "Tú" y al "Yo".
Creación Dinámica
El viaje desde el conocido Yin-Yang hasta el yin yang tres
supone un cambio en nuestra forma de ver las cosas. Pasamos de un modelo de equilibrio estático a uno de creación dinámica y continua.
El concepto de tres no reemplaza la sabiduría de la dualidad. Más bien la profundiza, mostrando que el juego entre dos polos es lo que genera la tercera fuerza creativa que da vida al universo.
Al abrazar esta trinidad, aprendemos a ver el mundo no como una serie de opuestos que equilibrar, sino como un campo de potencial esperando ser manifestado.
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