«El Gran Número»: Un análisis profundo del universo filosófico del Gran Tratado del I Ching

Xion Feng

Xion Feng

Xion is a Feng Shui master from China who has studied Feng Shui, Bagua, and I Ching (the Book of Changes) since childhood. He is passionate about sharing practical Feng Shui knowledge to help people make rapid changes.

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Desvelando la Sabiduría

El I Ching, o Libro de los Cambios, es un vasto paisaje textual. Contiene el Xì Cí Zhuàn, comúnmente traducido como El Gran Tratado o Los Juicios Anexos, que representa su núcleo filosófico más profundo. Este texto central forma parte de las "Diez Alas", una serie de comentarios que elevan el I Ching más allá de un simple oráculo.

Esta exploración va más allá de la adivinación. Nos sumergiremos en el marco profundo del cosmos y la ética que presenta esta obra fundamental.

Nuestro viaje busca desentrañar conceptos que han fascinado a pensadores durante miles de años. Analizaremos cómo el cosmos surge del indiferenciado Taiji, exploraremos la naturaleza del Dao como un proceso continuo y estudiaremos la filosofía detallada detrás del método de adivinación del "Gran Número".

Contexto e Importancia

El Gran Tratado funciona como el puente clave que conecta los antiguos y enigmáticos hexagramas con un sistema filosófico complejo. Proporciona la estructura conceptual que transformó una guía de adivinación en un clásico del pensamiento mundial.

Aunque las leyendas atribuyen la autoría de las Diez Alas a Confucio, los estudios modernos sugieren un origen más complejo. Probablemente el texto proviene de diversas tradiciones de pensamiento combinadas durante la dinastía Han temprana, una época de gran creatividad intelectual.

El tratado se divide en dos partes, Parte I y Parte II. Su estilo no sigue un argumento lineal, sino que ofrece una serie de comentarios profundos sobre la naturaleza, estructura y propósito del propio I Ching.

Para entender su lugar, pensemos en la estructura del I Ching:

  • Texto Central: Los 64 Hexagramas y sus Juicios
  • Comentarios (Las Diez Alas):
    • Tuan Zhuan (Comentario sobre los Juicios)
    • Xiang Zhuan (Comentario sobre las Imágenes)
    • Xì Cí Zhuàn (El Gran Tratado) -> Nuestro Enfoque
    • Wenyan Zhuan (Comentario sobre las Palabras del Texto)
    • Y otros.

Esta estructura muestra cómo el Gran Tratado funciona como el motor principal para comprender todo el sistema.

El Corazón Filosófico

El Gran Tratado comienza con una afirmación breve pero poderosa sobre el cosmos. Esta declaración forma la base de todo su sistema filosófico, explicando cómo toda existencia proviene de una fuente unificada.

"En el Yi, hay..."

El texto dice: "En el Yi, hay el Gran Último..." (易有太极, Yì yǒu tàijí). Aquí se introduce la idea del Taiji, el Gran Último.

Taiji no es un dios creador como en el pensamiento occidental. Es la primera unidad indivisa de la que provienen todas las cosas. Es la fuente plena y silenciosa de todo ser, que contiene el potencial para todo lo que existirá.

Este estado de potencial absoluto, Taiji, a menudo se considera que surge de un vacío aún más profundo llamado Wuji (无极), el No-Último. Wuji es el vacío total, el estado de no-ser antes de que la existencia comience a manifestarse.

"...que produjo las Dos Formas"

De esta unidad surge una división: "...que produjo las Dos Formas" (是生两仪, shì shēng liǎng yí). Estas Dos Formas, o Liangyi, son los opuestos básicos del universo: Yin y Yang.

No son entidades fijas, sino fuerzas activas y complementarias.

  • Yin (阴): La cualidad de recibir, oscuridad, quietud, silencio, lo femenino y lo terrenal.
  • Yang (阳): La cualidad de crear, luz, acción, movimiento, lo masculino y lo celestial.

Es importante entender que Yin y Yang no representan "bien contra mal". Dependen uno del otro en una danza interminable de equilibrio. Uno no puede existir sin el otro; cada uno contiene la semilla de su opuesto.

"Un Yin, Un Yang..."

El tratado define entonces el proceso básico del universo: "Un Yin y un Yang se llaman Dao" (一阴一阳之谓道, yī yīn yī yáng zhī wèi dào).

Aquí, el Dao, o el Camino, no es un destino sino el proceso mismo. Es el cambio circular y sin fin, la interacción constante de Yin y Yang. El Dao es el patrón subyacente, el principio organizador que controla el ritmo del cosmos, desde el cambio de las estaciones hasta el latir del corazón.

De lo Inmaterial a lo Material

El Gran Tratado describe una secuencia completa de creación, que va desde lo abstracto puro hasta el mundo sólido de las cosas. Este proceso es una serie de etapas cada vez más definidas.

El universo se despliega en un orden claro y lógico. El sistema avanza desde la unidad perfecta hacia la variedad compleja, con cada etapa generando la siguiente.

Este despliegue cósmico puede representarse así:

Taiji (Gran Último) → Liangyi (Yin/Yang) → Sixiang (Cuatro Imágenes) → Bagua (Ocho Trigramas) → 64 Hexagramas y la Miríada de Cosas

Por tanto, los 64 hexagramas no son símbolos aleatorios. Forman un mapa completo de cada situación posible que surge de la interacción básica de Yin y Yang, mostrando la totalidad de la experiencia.

"El Gran Número es Cincuenta"

El Gran Tratado no solo ofrece el qué de su visión del cosmos, sino también el cómo utilizarla. Descompone el antiguo método de adivinación con tallos de milenrama, mostrando que es una pequeña versión de este proceso creativo cósmico.

El Simbolismo de los Números

El ritual comienza con una afirmación profunda sobre los números: "El Gran Número es 50" (大衍之数五十). Este número representa el total del potencial cósmico.

Sin embargo, enseguida el texto aclara: "Su uso es 49" (其用四十有九). Se aparta un tallo del montón antes de iniciar la adivinación.

Este tallo único, no utilizado, tiene un gran significado simbólico. Representa el Taiji, el eje central inmutable alrededor del cual gira el universo del cambio (los 49 tallos). Es el observador silencioso, la fuente quieta de donde surge el proceso de cambio pero que permanece fuera de él.

Las Tres Transformaciones

Para crear una línea del hexagrama, los 49 tallos pasan por una serie de tres movimientos, o "transformaciones". Este proceso es un ritual que representa la creación del cosmos.

  1. El conjunto de 49 tallos se divide al azar en dos montones, simbolizando la separación de la unidad primordial en Cielo y Tierra.
  2. Se toma un tallo del montón derecho y se coloca entre los dedos de la mano izquierda. Esto representa a la Humanidad, que actúa como mediadora entre los reinos celeste y terrestre.
  3. Luego, el montón izquierdo se cuenta en grupos de cuatro, simbolizando el paso de las cuatro estaciones. Se recogen los restos (1, 2, 3 o 4 tallos).
  4. El montón derecho se cuenta de la misma manera y se recogen sus restos.
  5. La suma de los restos de ambos montones, junto con el tallo que representa a la Humanidad, se aparta. La primera transformación ha concluido.
  6. Los tallos restantes se reúnen y todo el proceso se repite dos veces más.

Tras estas tres transformaciones, se determina una línea del hexagrama. El procedimiento completo debe repetirse seis veces para construir un hexagrama de seis líneas.

Filosofía detrás del Ritual

Esto no es solo un juego de contar. Cada paso en la consulta con tallos de milenrama está cargado de un profundo significado filosófico, reflejando la cosmología del Gran Tratado del I Ching. El ritual es una meditación física sobre la creación del universo.

Paso de la Adivinación Significado Filosófico (según la interpretación del Gran Tratado)
1. Dividir 49 tallos en dos montones Representa la separación de la unidad primordial (Taiji) en Cielo y Tierra (Liangyi).
2. Tomar un tallo del montón derecho Representa a la Humanidad, el tercer elemento esencial que media entre Cielo y Tierra.
3. Contar tallos en grupos de cuatro Representa las cuatro estaciones, el ciclo fundamental del tiempo a través del cual ocurre el cambio.
4. Recoger los restos Los restos son los "excedentes" cósmicos o semillas del cambio que generan los números finales.
5. Repetir tres veces Representa la trinidad cósmica de Cielo, Tierra y Humanidad, cuya interacción es necesaria para crear una realidad única (una línea).

De los Números a las Líneas

Los restos recogidos tras cada una de las tres transformaciones determinan el valor de la línea. Los resultados posibles son los números 6, 7, 8 o 9.

Estos números se traducen directamente en los cuatro tipos de líneas que pueden formar un hexagrama:

  • 9 (Yang Viejo): Línea Yang cambiante, llena de energía y a punto de transformarse en su opuesto, Yin.
  • 7 (Yang Joven): Línea Yang estable e inmutable.
  • 6 (Yin Viejo): Línea Yin cambiante, en el punto máximo de receptividad y a punto de transformarse en Yang.
  • 8 (Yin Joven): Línea Yin estable e inmutable.

Las "líneas cambiantes" (6 y 9) son muy importantes. Revelan las tensiones dinámicas dentro de una situación y señalan el hexagrama futuro que resultará de ese cambio.

Un Diálogo con las Filosofías

El Gran Tratado no se creó en un vacío. Combina brillantemente ideas, dialogando activamente con las principales corrientes de pensamiento de su época, principalmente el confucianismo y el taoísmo.

El Dao: Un Significado Matizado

El uso del término Dao en el Tratado difiere del que aparece en el Tao Te Ching. Para Laozi, el Dao es en última instancia misterioso, inexpresable y más allá de la comprensión humana—"El Dao que puede ser nombrado no es el Dao eterno."

En cambio, el Dao del Gran Tratado es un patrón ordenado y comprensible. Es la estructura racional del cambio cósmico. Aunque profundo, es algo que puede entenderse y seguirse mediante el estudio de los hexagramas del I Ching. Es un sistema cognoscible, no un misterio inaccesible.

El Sabio Confuciano

El Gran Tratado vincula firmemente el I Ching con los objetivos éticos confucianos. Presenta el libro como una herramienta esencial para el Junzi (君子), la persona noble o sabio en formación.

Al reflexionar sobre los hexagramas y sus cambios, el Junzi aprende a "comprender los patrones del cielo y estudiar los asuntos de la humanidad." Este entendimiento no busca beneficio personal, sino cultivar la virtud, mejorar el carácter y actuar correctamente y éticamente en cualquier situación.

Al poner estos textos lado a lado, experimentamos la vibrante actividad intelectual de los períodos de los Estados Combatientes y Han. Vemos cómo los autores del Tratado no eran místicos aislados, sino participantes en una gran conversación, entrelazando visiones del cosmos y la ética en un todo unificado y poderoso.

El Legado Duradero

La influencia del Gran Tratado es incalculable. Su verdadero legado reside en replantear la realidad como un sistema dinámico e interconectado.

Ofrece un modelo para lo que hoy llamaríamos pensamiento sistémico. Enseña a ver el mundo no como una colección de objetos estáticos, sino como una red de relaciones en constante flujo y patrón.

Fue este texto, el gran tratado i ching, el que más contribuyó a transformar el I Ching de un oráculo popular en un clásico respetado de la filosofía mundial, estudiado por sabios, eruditos y buscadores durante más de dos mil años.

El Gran Tratado es mucho más que un documento histórico. Sigue siendo una guía viva, que ofrece un método profundo para navegar las inevitables complejidades del cambio con sabiduría, perspectiva y un profundo sentido de conexión con el vasto universo filosófico que describe con tanta elegancia.

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